Infidelidad...

La infidelidad... es tan difícil de pronunciar, como que esta no se cruce en tu camino...
Seguramente a todos a lo largo de nuestra vida nos han sido infieles, querámoslo o no "de los cuernos y de la muerte nadie se salva".
Es así, en mi opinión personal una infidelidad siempre trae grandes dolores, heridas en la relación, y pocas veces la fuerza para valorar lo que se tiene y junto con el perdón comenzar de nuevo...
Yo nunca he negado que he sido mas veces infieles que fiel en mis relaciones, siempre justifico eso diciendo que es mi naturaleza, que tenia carencias, o cosas así.
Lo que sí puedo afirmar que cuando me enamoro, no soy capaz de ver a otra persona, mi mundo es él y en esas ocasiones la palabra infidelidad se borra de mi diccionario de vida.
Por todo eso puedo decir que los infieles también sufren, porque tal ves el sentimiento no es tan profundo como el amor, pero uno esta en compañía de alguien que escogió, que quiere, que tiene un proyecto, por pequeño que este sea y al estar con otro la conciencia en el fondo pesa, debemos mentir, disimular, encubrir...
Eso agota a cualquiera, tratamos de evitar que crezcan los daños sin darnos cuenta que el daño comienza en el momento en que decidimos ser infieles, en el momento que dejamos de pensar en dos y pensamos solo en nosotros mismos...
En un triángulo amoroso todos sufren, el engañado, el que engaña y si al amante se le escapa de las manos puede vivir un infierno. Son las consecuencias de la infidelidad...
A pesar de todo, muchos no aprendemos esta lección y seguimos siendo esclavos de la aventura, la lujuria, el encantamiento, los momentos y volvemos a correr el riesgo de las consecuencias...
Ser engañado es un dolor tan fuerte, tan desbastador que nos ciega, nos hace olvidar lo bueno y en mi caso pago con la misma moneda, aunque sé que eso no me hace sentirme mejor, solo puedo decir que jugué su juego...
Y sea como sea, la infidelidad se lleva a la tumba.